martes, 2 de octubre de 2012

2 de octubre olvidado.


2 de octubre no se olvida. Hoy cierran escuelas y facultades en contra de la voluntad de muchos, hacen un “paro” que atenta justo contra aquello que se ha preservado con la lucha de todos los que nos precedieron, la educación. Podrán decir que es sólo un día, pero cuando se abanderan como luchadores contra la imposición resulta completamente incongruente hacer justo eso, imponer.

En el 68 también había de esos, grupos de jóvenes enardecidos y, por lo tanto, poco pensantes que llegaban a escuelas y colegios a sacar a los que podían para unirlos al movimiento, cual leva. Siempre habrá ese tipo de gente, pero para generar cambio se tiene que pensar primero, y mucho.

Hoy habrá una marcha, que bueno, lo malo es que para como veo las cosas se va a quedar en la marcha, en una bonita reunión social gigantesca que servirá para gritar y liberar enojos, pero no para crear alternativas viables a la situación que el país está viviendo.

Estoy molesta con mi generación y conmigo, porque recordamos el 2 de octubre y a la vez no, porque sabemos como sucedió pero no hacemos algo en conjunto para innovar a partir del aprendizaje, porque en lugar de sentarnos a pensar y redactar alternativas viables y positivas a la reforma laboral, gritamos a diestra y siniestra que los legisladores son una basura, que el gobierno nos impone, y encima nos parece una buena idea protestar cerrando escuelas cuando la única arma que siempre tendremos será la educación.

A mí, como a muchos en el 68, me duele mi generación y me duele mi país. Pareciera que nada ha cambiado.

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